dijous, 23 de juny del 2022

VOX y ¿Por qué los fascistas están fascinados por la serie Peaky Blinders? Jordi Garrigós lo analiza en un artículo en el ARA en el que recoge mis opiniones

               

   

                                                        Tuit de Macarena Olona con Jacobo Gonzalez Robatto

Artículo de Jordi Garrigós en el diario ARA con mi opinión, ¿Por qué los fascistas están fascinados por 'Peaky Blinders'?

 Leer el artículo de Jordi Garrigós en castellano, en el diario Ara, lunes 20 de junio de 2022

Llegir l'article de Jordi Garrigós en català, al diari ARA del dilluns 20 de juliol de 2022 

Este enero, en plena campaña electoral por las elecciones de Castilla y León, una serie de televisión saltó a la palestra de manera involuntaria e inesperada. El motivo: se habían viralizado unas imágenes de varios líderes de Vox, entre los cuales su secretario general, Santiago Abascal, con una estética similar a la de sus protagonistas. La ficción era, por supuesto, Peaky Blinders, uno de los productos audiovisuales más exitosos de la última década. Para los que todavía no la hayan visto, la historia resigue las peripecias delictivas de una familia mafiosa de Birmingham de principios del siglo XX. Estrenada en 2013, justo la semana pasada Netflix añadió a su plataforma estatal la sexta y última temporada de la producción.

Toneladas de masculinidad, boina en la cabeza, tirantes bien apretados al cuerpo y miradas desafiantes. Aquella instantánea de los líderes de la ultraderecha española era tan parecida a la de los delincuentes de Peaky Blinders que incluso el candidato de Ciudadanos expresó su sorpresa por que un partido que pretendía gobernar la comunidad adoptara alegremente la estética de un gang mafioso, aunque fuera de ficción. Como no podía ser de ninguna otra forma, la siempre polémica Macarena Olona, candidata de Vox a la Junta de Andalucía, reaccionó a las críticas comparando, con orgullo, una imagen de la serie con la de sus compañeros de partido.

 Obviamente, Peaky Blinders no es una ficción fascista per se, sino una serie de éxito transversal en todo el mundo que, además de estar protagonizada por una familia de etnia gitana, en su quinta temporada se enfrentaba a un político de ultraderecha, Oswald Mosley. Pero indiscutiblemente reúne ciertas características que la han convertido en un espejo para una parte de la ultraderecha, que ha adoptado la estética y la ha convertido en uno de sus referentes.

 Violencia extrema, masculinidad tóxica, códigos de honor, delincuencia, vida a los márgenes y hasta cierto punto ideología antisistema. Son características magnéticas para el movimiento ultra, del mismo modo que pasó con The Sopranos a principios de siglo. Solo hay que recordar aquel infausto equipo formado por skinheads nazis, miembros de los Boixos Nois, que atemorizaron los campos de fútbol de medio Catalunya a base de palizas e intimidaciones. El club se llamaba Bada Bing, como el local de striptease que regentaba Tony Soprano. No era casualidad: eran fans de la serie, del mismo modo que posiblemente ahora lo son de Peaky Blinders. Siguiendo esta tendencia, las redes sociales están repletas de montajes y tatuajes con imágenes de la serie colgadas por personas vinculadas a los movimientos fascistas.

Para entender esta fascinación, hay que observar los diversos paralelismos que existen entre gangs como el de Peaky Blinders o la familia Soprano y el fascismo: "Siguen modelos muy admirados por los ultras, que buscan su identidad en grupos con un liderazgo fuerte y que consiguen cambios de forma violenta y sin pedir perdón", explica Xavier Rius Sant, periodista especializado en la extrema derecha que acaba de publicar Els ultres son aquí (Pòrtic). De hecho, este tipo de autoridad, casi mesiánica, de personas incuestionables que ejercen caudillos como Tommy Shelby, el protagonista de Peaky Blinders brillantemente interpretado por Cillian Murphy, podría ser comparable a la de Vox, ahora que el partido ha suprimido cualquier tipo de sistema democrático que pueda cuestionar su secretario general: "Con los últimos cambios de estatutos es imposible revocar el liderazgo de Abascal, incluso presentar candidaturas alternativas. De aquí a que estos personajes que no ha escogido nadie, pero que dirigen la masa, sean sus referentes", apunta Rius Sant.

La fascinación por la violencia y el crimen organizado no es, ni mucho menos, monopolio de la ultraderecha. Hoy en día han mutado a iconos pop personajes de ficción tan relacionados con la sangre y el hígado como Tony Montana (protagonista de Scarface, de Brian De Palma) o Gennaro Savastano (Gomorra) o incluso reales, como es el caso de Chapo Guzmán o de Pablo Escobar. A estos narcotraficantes las series los han puesto sorprendentemente de moda, a pesar de ser personas responsables de centenares de asesinatos. "Para algunas personas son vistos como una especie de Robin Hood modernos, queridos por el pueblo y al margen de las grandes corporaciones", explica Rius Sant. El fandom ha llegado a tal punto que es difícil no encontrarse una camiseta estampada con su cara en una tienda de souvenirs cualquiera de Barcelona.

Como conclusión: si eres fascista probablemente te gustará Peaky Blinders, pero para que te guste Peaky Blinders no tienes que ser fascista por fuerza. Porque aunque su narrativa nos acerque a personajes extremos, Peaky Blinders solo es una serie de ficción y no una película de propaganda, al estilo de las de Leni Riefenstahl o de José Luis Sáenz de Heredia. Sobre los ingredientes que para él tendría una ficción pensada exclusivamente para militantes de ultraderecha, el experto Xavier Rius Sant apunta a argumentos que "deslegitimen los organismos democráticos corruptos, tengan liderazgos erigidos en mesías y cambios conseguidos a base de acciones violentas". Aquí tenemos la fórmula perfecta para triunfar entre los ultras de hoy.



Per què els feixistes estan fascinats per 'Peaky Blinders'?

Violència extrema, masculinitat tòxica, codis d'honor, delinqüència, vida als marges, ideologia antisistema…

 
 
 Aquest gener, en plena campanya electoral a les eleccions de Castella i Lleó, una sèrie de televisió va saltar a la palestra de manera involuntària i inesperada. El motiu: s'havien viralitzat unes imatges de diversos líders de Vox, entre els quals el seu secretari general, Santiago Abascal, amb una estètica similar a la dels seus protagonistes. La ficció era, esclar, Peaky Blinders, un dels productes audiovisuals més exitosos de l'última dècada. Per als qui encara no l'hagin vist, la història ressegueix les peripècies delictives d'una família mafiosa de Birmingham de principis del segle XX. Estrenada el 2013, tot just la setmana passada Netflix va afegir a la seva plataforma estatal la sisena i última temporada de la producció.

Tones de masculinitat, boina tapant la closca, tirants ben estrets al cos i mirades desafiants. Aquella instantània dels líders de la ultradreta espanyola era tan semblant a la dels delinqüents de Peaky Blinders que fins i tot el candidat de Ciutadans va expressar la seva sorpresa perquè un partit que pretenia governar la comunitat adoptés alegrement l'estètica d'un gang mafiós, encara que fos de ficció. Com no podia ser de cap altra manera, la sempre polèmica Macarena Olona, candidata de Vox a la Junta d'Andalusia, va reaccionar a les crítiques comparant, amb orgull, una imatge de la sèrie amb la dels seus companys de partit.

El senador Jacobo González Robato, con estética Peaky Blinders junto a Gallardo y Abascal. Arriba tuit de Macarena Olona con González Robato

 Òbviament, Peaky Blinders no és una ficció feixista per se, sinó una sèrie d'èxit transversal a tot el món que, a més d'estar protagonitzada per una família d'ètnia gitana, en la seva cinquena temporada s'enfrontava a un polític d'ultradreta, Oswald Mosley. Però indiscutiblement reuneix certes característiques que l'han convertit en un mirall per a una part de la ultradreta, que n'ha adoptat l'estètica i l'ha convertit en un dels seus referents.

 Violencia extrema, masculinidad tóxica, códigos de honor, delincuencia, vida a los márgenes y hasta cierto punto ideología antisistema. Son características magnéticas para el movimiento ultra, del mismo modo que pasó con The Sopranos a principios de siglo. Solo hay que recordar aquel infausto equipo formado por skinheads nazis, miembros de los Boixos Nois, que atemorizaron los campos de fútbol de medio Catalunya a base de palizas e intimidaciones. El club se llamaba Bada Bing, como el local de striptease que regentaba Tony Soprano. No era casualidad: eran fans de la serie, del mismo modo que posiblemente ahora lo son de Peaky Blinders. Siguiendo esta tendencia, las redes sociales están repletas de montajes y tatuajes con imágenes de la serie colgadas por personas vinculadas a los movimientos fascistas.

Para entender esta fascinación, hay que observar los diversos paralelismos que existen entre gangs como el de Peaky Blinders o la familia Soprano y el fascismo: "Siguen modelos muy admirados por los ultras, que buscan su identidad en grupos con un liderazgo fuerte y que consiguen cambios de forma violenta y sin pedir perdón", explica Xavier Rius Sant, periodista especializado en la extrema derecha que acaba de publicar Els ultres son aquí (Pòrtic). De hecho, este tipo de autoridad, casi mesiánica, de personas incuestionables que ejercen caudillos como Tommy Shelby, el protagonista de Peaky Blinders brillantemente interpretado por Cillian Murphy, podría ser comparable a la de Vox, ahora que el partido ha suprimido cualquier tipo de sistema democrático que pueda cuestionar su secretario general: "Con los últimos cambios de estatutos es imposible revocar el liderazgo de Abascal, incluso presentar candidaturas alternativas. De aquí a que estos personajes que no ha escogido nadie, pero que dirigen la masa, sean sus referentes", apunta Rius Sant.

 La fascinación por la violencia y el crimen organizado no es, ni mucho menos, monopolio de la ultraderecha. Hoy en día han mutado a iconos pop personajes de ficción tan relacionados con la sangre y el hígado como Tony Montana (protagonista de Scarface, de Brian De Palma) o Gennaro Savastano (Gomorra) o incluso reales, como es el caso de Chapo Guzmán o de Pablo Escobar. A estos narcotraficantes las series los han puesto sorprendentemente de moda, a pesar de ser personas responsables de centenares de asesinatos. "Para algunas personas son vistos como una especie de Robin Hood modernos, queridos por el pueblo y al margen de las grandes corporaciones", explica Rius Sant. El fandom ha llegado a tal punto que es difícil no encontrarse una camiseta estampada con su cara en una tienda de souvenirs cualquiera de Barcelona.

Como conclusión: si eres fascista probablemente te gustará Peaky Blinders, pero para que te guste Peaky Blinders no tienes que ser fascista por fuerza. Porque aunque su narrativa nos acerque a personajes extremos, Peaky Blinders solo es una serie de ficción y no una película de propaganda, al estilo de las de Leni Riefenstahl o de José Luis Sáenz de Heredia. Sobre los ingredientes que para él tendría una ficción pensada exclusivamente para militantes de ultraderecha, el experto Xavier Rius Sant apunta a argumentos que "deslegitimen los organismos democráticos corruptos, tengan liderazgos erigidos en mesías y cambios conseguidos a base de acciones violentas". Aquí tenemos la fórmula perfecta para triunfar entre los ultras de hoy.

 


 

dimarts, 21 de juny del 2022

Mònica Oltra, la dimissió necessària i el paper de José Luis Roberto d'España 2000 com advocat de la menor, i de Cristina Seguí i de Vox com acusació popular. Tornarà per la porta gran a Vox, Cristina Seguí, ex parella d'Ortega Smith, que abandonar el 2014 Vox denunciant malversació econòmica?

                                                       

Reconciliació entre Seguí i Vox? Tornarà per la porta gran la fundadora de Vox al partit?
         

Sempre he pensat que era un error la màxima que es va normalitzar de dir que quan un polític està imputat, ha de renunciar per força del seu càrrec. Renúncia que habitualment és irreversible. La imputació, ara dita "declarat investigat", no significa cap culpabilitat, sinó que només és una situació en que algú a qui la policia, la fiscalia o un particular l'acusa d'un delicte del que podria ser o no resposable, còmplice, autor o encobridor, ha de declarar davant del jutge acompanyat d'un advocat. I serà a partir d'aquesta primera declaració quan continuarà o no com investigat-imputat per més endavant ser apartat del cas o el cas arxivat, o que es decreti que ha de ser jutjat en judici oral, cosa que tampoc suignifica que sigui culpable. Molts polítics han vist trencada la seva carrera per sempre, dimitint dels seus càrrecs o sent cessats després d'una imputació que va ser arxivada o també d'una acusació d'assetjament sexual que després es va demostar que era infundada. Penso en els els diputats de la CUP i Junts, Quim Arrufat i Eduard Pujol. 

Dit aixó, sense que pressuposi res i sense minusvalorar el paper gens innocent de la ultradreta que l'ha fet caure, crec que Mònica Oltra ha fet bé de dimitir donada la situació que es vivia al Govern valencià i la pressió social i el perjudici que generava la seva continuïtat. Sent ella Consellera d'Igualtat i Polítiques Inclusives (serveis socials) havia estat imputada per un possible encobriment del seu ex marit i altres treballadors dels seu departament pels abusos sexual que va patir una menor acollida a mans del seu ex marit, treballador del centre en qüestió, Luis Eduardo Ramírez Icardi, que ha estat condemnat a 5 anys de presó per aquest fets.

 

Oltra, dissabte, quan deia que no dimitiria

Jo no crec que Oltra hagi encobert res, delicte que probablement sí hagin fet altres treballadors i funcionaris del centre de menors i de la Conselleria. Crec que hagués pogut dimitir fa uns dies de Consellera i mantenir l'escó de diputada. Ella s'hi negava però aquesta tarda ha dimitit de tot. Dit aixó he de reconèixer que Oltra ha patit un persecució de tota la ultradreta valenciana, que és el que vull explicar aquí. I encara que la persecució hagi estat injusta, el millor pel govern del Botànic, era dimitir.   

L'ACUSACIÓ DE JOSÉ LUIS ROBERTO D'ESPANYA 2000, CRISTINA SEGUÍ i VOX

José Luis Roberto, president del partit ultra España 2000, feia més de cinc anys que impulsava campanyes contra la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mònica Oltra i havia estat jutjat per amenaces a la vicepresidenta valenciana. España 2000 és un partit que tret dels període que es va coaligar amb Plataforma per Catalunya i Partido por la Libertad, sempre ha anat per lliure en no voler treballar amb Roberto bona part de la ultradreta clàssica espanyola, per la vinculació fins 2011 de Roberto a la Asociación Nacional de Locales de Alterne, ANELA, la patronal de prostíbuls, de la que era Secretari General Tècnic.

José Luis Roberto  

El fet és que conegut el cas dels abusos de la menor María Teresa T. M. fets els anys 2016 i 2017 pels que va ser condemnat l'any 2019 l'ex martit de Mònica Oltra, José Luis Roberto va assumir la defensa de la noia, ja major d'edat, a l'any 2020 un cop celebrat el primer judici que posteriorment seria anul·lat pel Tribunal Superior de Justícia de la Comunitat Valenciana. S'ha de tenir en compte que la noia en el judici contra el seu agressor ella no va tenir advocat.  José Luis Roberto com advocat i acusació particular (l'advocat que defensa a la víctima) s'hi va personar a finals del 2020. I  va presentar al Jutjat 15 de València una denúncia de reclamació patrimonial a principis del 2021 contra 3 càrrecs de la Conselleria que després aniria ampliant i José Luis Roberto va defensar la noia en la repetició del judici que va tornar a condemnar a Luis Eduardo Ramírez Icardi a 5 anys de presó.

Poc després la fundadora de Vox i ex parella d'Ortega Smith, Cristina Seguí, que va abandonar Vox l'any 2014 denunciant malversació econòmica al partit, i que aquests anys ha anat per lliure, va interposar com acusació popular -no la particular- en nom de l'entitat Gobiérna-te, dues querelles al Tribunal Superior de Justícia de la Comunitat Valenciana contra Mònica Oltra per un possible delicte de fer encobrir el cas. Segons Seguí va ser ella i no José Luis Roberto qui va posar en el punt de mira judicial la vicepresidenta valenciana. La primera querella va ser desestimada. Roberto però, afirma que la imputació d'Oltra no va ser per la querella que va interposar Seguí, que certament va ser arxivada, sinó  perque "s'havia obert un procediment penal per part meva contra tres funcionaris, arivat, apel·lat i reobert per l'Audiència"

El tuit que va fer Macarena Olona  dijous passat, 16 de juny, en fer-se pública la imputació d'Oltra dirigit a Cristina Seguí dient "Estoy MUY orgullosa de ti. Gracias por dar lo mejor de ti misma en todo lo que haces", confirmava dues coses. La probable reconciliació entre Vox i Cristina Seguí que podria tornar aviat a Vox, i el reconeixement que la imputació no era mèrit de José Luis Roberto d'Espanya 2000, ni de Vox, que s'ha sumat al cas a darrera hora, sinó de Seguí. Haver aconseguit el cap d'Oltra serà un mèrit suficient perquè Santiago Abascal perdoni a Seguí que denunciés el 2014 les suposades malversacions que hi havia llavors al partit? Seguí és molt propera a  Juan García Sentandreu, historic d ela ultradreta valenciana que va intentar aspirar a la presidencia del Comité Ejecutiu Provincial (CEP) de Vox a València, i està enfrontat amb José María Llanos, president del CEP de Vox València.

Cristina Seguí en un dels actes de presentació de Vox, partit del que va ser fundadora i va marxar denunciant irregularitats econòmiques. Tornarà a Vox per la porta gran?


 

MACARENA OLONA, LA PARACAIGUDISTA QUE S'HA QUEDAT PENJADA D'UN ARBRE. Análisi eleccions andaluses i el resultat de Vox al Punt Avui

                 (Artículo traducido al castellano más abajo)


El Punt Avui, dimarts 21 de juny de 2022

 Xavier Rius Sant, periodista

El 2006 naixia Ciutadans, una formació –que no portava la paraula partit en el nom– que tenia com a eix existencial denunciar la discriminació que, segons ells, patia la llengua castellana a Catalunya. El 2015, Albert Rivera, apadrinat pels poders econòmics, exportà el partit arreu de l’Estat, amb un programa liberal i crític amb les autonomies històriques. Va obtenir 40 diputats. Un any i mig abans de l’entrada de Ciutadans al Congrés naixia Vox, que volia derogar l’estat autonòmic i s’oposava al matrimoni homosexual i a l’avortament, i que es va presentar a les eleccions europees del 2014 però no aconseguí l’escó. Vox va iniciar una travessa del desert de la qual només sortirà amb Ortega Smith picant pedra al Tribunal Suprem, denunciant als mitjans la feblesa de Rajoy i demanant llargues condemnes per als líders catalans.

El 2014 va irrompre una nova formació que tampoc tenia la paraula partit, Podem, que en el seu primer acte a Vistalegre, a Madrid, es va conjurar per assaltar el cel. Vox, l’octubre del 2018, encara extraparlamentari, va omplir també Vistalegre anunciant que posaria fi al govern de Pedro Sánchez, forjat amb un pacte amb els enemics d’Espanya. Poc després, Vox entrava al Parlament andalús amb 12 diputats i naixia el trifachito. L’aliança del PP, Ciutadans i Vox, que amb Vox fora del govern desbancarien d’autonòmics i municipals el PSOE i Podem. I el 2019, col·locant Vox com paracaigudistes dirigents per encapçalar candidatures al Congrés a províncies on no tenien vinculació, va obtenir 52 diputats. Una d’aquestes paracaigudistes era Macarena Olona, que aconseguí l’escó a Granada.

Van venir les eleccions de Madrid de fa un any, i Díaz Ayuso, amb un discurs semblant al de Vox, gairebé va doblar els escons, menjant-se Ciutadans, que els va perdre tots. Però després a Castella i Lleó van haver-hi eleccions: Ciutadans s’hi enfonsà, Vox hi passà d’un a tretze diputats, i va posar com a condició per donar suport al PP entrar en el govern. Aquesta entrada del Vox en un govern del PP incomodava el nou líder, Núñez Feijóo.

Al llarg de la campanya de les eleccions andaluses, Vox va deixar clar que només investiria Moreno Bonilla (PP) si entrava en el govern. Però Olona va fer una molt mala campanya, volia semblar més andalusa que ningú fins a l’esperpent. I mentre Ciutadans ha perdut tot el suport i ha desaparegut, el moderat Moreno Bonilla, que reivindicava la feina feta en la Junta d’Andalusia, ha obtingut majoria absoluta, enfront d’una Olona que voldria dissoldre-la. Un PSOE que sortia a perdre i la divisió de l’espai de Podem, que recorda els pitjors temps d’Izquierda Hundida, ha ajudat en aquesta majoria del PP. Diuen que un del perills dels paracaigudistes és quedar penjats d’un arbre i ser espectadors d’una batalla en què no participen, però que en qualsevol moment poden rebre un tret. Això li ha passat a Olona.

 

                        

 OLONA, LA PARACAIDISTA, QUE SE HA QUEDADO COLGADA DE UN ÁRBOL 

Artículo publicado en catalán en El Punt Avui, martes 21 de junio de 2022 

En 2006 nacía Ciutadans, una formación, que no llevaba la palabra partido en el nombre, que tenía como eje existencial denunciar la discriminación que según ellos sufría la lengua castellana en Cataluña. En 2105 Albert Rivera, apadrinado por los poderes económicos, exportó el partido a todo el estado, con un programa liberal y crítico con las autonomías históricas. Obtuvo 40 diputados. Un año y medio antes en la entrada de Ciudadanos en el Congreso, nacía Vox que quería derogar el estado autonómico y se oponían al matrimonio homosexual y el aborto, presentándose en las elecciones europeas de 2014, pero no lograron el escaño. Vox inició una travesía del desierto de la que solo saldrá con Ortega Smith golpeando piedra en el Tribunal Supremo, denunciando a los medios la debilidad de Rajoy y pidiendo largas condenas por los líderes catalanes. 

En el 2014 irrumpió una nueva formación que tampoco tenía la palabra partido, Podemos, que en su primer acto en Vistalegre en Madrid se conjuró para asaltar el cielo. Vox, en octubre 2018, aún extraparlamentario llenó también a Vistalegre anunciando que acabaría con el gobierno de Pedro Sánchez forjado con un pacto con los enemigos de España. Poco después Vox entraba en el Parlamento andaluz con 12 diputados y nacía el Trifachito. La alianza del PP, Ciudadanos y Vox, que con Vox fuera del gobierno desbancarían de autonómicos y municipales al PSOE y Podemos. Y en 2019 colocando a Vox como paracaidistas a dirigentes para encabezar candidaturas en el Congreso en provincias donde no tenían vinculación, obtuvieron 52 diputados.

Una de estos paracaidistas era Macarena Olona, ​​que logró el escaño en Granada. Vinieron las elecciones de Madrid de hace un año y Díaz Ayuso, con un discurso parecido a Vox, casi dobló los escaños, comiéndose Ciudadanos que perdió a todos. Pero después en Castilla León hubo elecciones, Ciudadanos se hundió, Vox pasó de uno a trece diputados, poniendo a Vox como condición para apoyar al PP, entrar en el gobierno. Esta entrada del Vox en un gobierno del PP incomodaba al nuevo líder Núñez Feijóo. A lo largo de la campaña de las elecciones andaluzas Vox dejó claro que sólo investigaría Moreno Bonilla si entraba en el gobierno. Pero Olona hizo una mala campaña, quería parecer más andaluza que nadie hasta el esperpento. Y mientras Ciudadanos ha perdido todo el apoyo desapareciendo, el moderado Moreno Bonilla que reivindicaba el trabajo realizado en la Junta de Andalucía, ha obtenido mayoría absoluta, frente a una Olona que quisiera disolverla. Un PSOE que salía a perder y la división del espacio de Podemos, que recuerda a los peores tiempos de Izquierda Hundida ha ayudado a esta mayoría del PP. Dicen que uno de los peligros de los paracaidistas es quedar colgados de un árbol y ser espectadores de una batalla en la que no participan, pero en cualquier momento pueden recibir un disparo. Esto le ha ocurrido a Olona.

                                                          


 

dilluns, 20 de juny del 2022

Trobat mort a la seva cel·la de Quatre Camins el condemnat a 18 anys de presó pel cas Stroika, Genís Vila Pujol, que va reingressar a presó al novembre en desarticular-se una nova fornada dels Casuals Boixos Nois.

 

El passat divendres  17 de juny funcionaris de la presó de Quatre Camins van trobar mort a la seva cel·la al militant ultra Genís Vila Pujol,  de 33 anys d'edat, que havia reingressat a presó al novembre, quan va ser desarticulada una xarxa d'extorsió acusada de delictes contra la salut pública, explotació de dones amb finalitat d'explotació sexual, tenència d'armes i blanqueig de capitals, vinculada als Casuals dels Boixos Nois, formada per coneguts militants ultres de Sabadell i altres municipis del Vallès Occidental. 

Genís Vila, de Castellar del Vallès, quan va ser detingut al novembre, estava en règim de llibertat condicional de 4t grau per bona conducta, en haver complert la meitat dels 18 anys de presó als que va ser condemnat per dues temptatives d'assassinat i altres delictes per l'atac d'Stroika de 2012. I a diferència dels altres detinguts per aquesta xarxa d'extorsió i altres delictes vinculada als Boixos Nois, que només van passar uns dies o setmanes setmanes a la presó, ell va veure revocat el quart grau penitenciari i la llibertat condicional. Grau que havia aconseguit mostrant una exemplar bona conducta a la presó. Però un cop en llibertat va tornar a activitats il·lícites molts semblants a les del grup al que pertanyia el 2012 quan va ser detingut per l'atac d'Stroika. Crida l'atenció que ell que fa deu anys era membre dels CUSOS, hooligans dels Ultras Sur i les Brigadas Blanquiazules que reclutaven "cadells" per les seves activitats alienes al futbol, fos detingut el passat novembre com a membre dels Casuals dels Boixos Nois del Barça juntament amb coneguts ultres del Vallès com Dídac González, Iván Chicano o Sergi Verdaguer.

En cercles ultres del Vallès es posa en dubte que se suicidés, més enllà que sembla que és cert que el reingrés a presó per complir íntegrament la pena de 18 anys, inicialment en règim d'aïllament al Modul 5è, i estar pendent d'un nou judici, ara pels Casuals, li havia generat una forta depressió per haver de complir els anys que li quedaven per Stroika, als que potser hi sumaria els que fos condemnat pel cas dels Casuals. El conegut ultra Santiago Royuela, condemnat l'any 2013 per pertanyer a una anterior fornada dels Casuals, explica en un vídeo del seu canal de Youtube que Genís Vila, que estava en regiment d'aïllament es va suïcidar penjant-se amb un tros de manta, i va deixar una nota escrita.

Sense cap relació amb aquesta mort, fa un mes i mig es va trobar a la Riera de les Arenes de Terrassa el cos sense vida d'un militant ultra del Vallès Oriental, sembla del cercle d'antics skins de Matadepera, del que va informar Món Terrassa.  

Els Boixos Nois, actius quan el Barça juga partits de lliga fora i a competicions europees, van intentar el passat 10 de març organitzar un enfrontament amb ultres del Galatasaray als Jardins de Barcadí, al costat del camp Nou, enfrontament que finament no es va produir.  

 

                

Imatges del judici pel cas Stroika en que Genís Vila va ser condemnat a 18 anys de presó.

 


 

 

(Hallado muerto en su celda de la prisión de Quatre Camins, Genís Vila Pujol, condenado a 18 años de prisión por el caso Stroika, que meses después de obtener la libertad condicional por buena conducta, fue detenidio por la la Policía Nacional en la desarticulación de la nueva dirección dels Casuals dels Boixos Nois. Estaba en régimen de aislamiento en el módulo cinco, y funcionarios lo encontraron sin vida el pasado viernes 17 de junio de 2022. Según afiorma el ultra Santiago Royuela se ahorcó con un trozo de manta. La familia y amigos ponen en duda la versión de suicidio sobre su muerte)  

 


dimecres, 8 de juny del 2022

Andalucía, ¿de nuevo trampolín de Vox? El Triangle

                       


El Triangle, 8 de junio de 2022. Leer en castellano en El Triangle

Xavier Rius Sant, periodista  

En las elecciones andaluzas del 2018, Vox, que hasta entonces era extraparlamentario, irrumpió en el Parlamento con 12 diputados y facilitó con su apoyo la investidura del popular Juan Manuel Moreno Bonilla, un gobierno de coalición del PP con Ciudadanos, después de que éstos aceptaran algunas de las condiciones de Vox. Dos meses después se convocó en Madrid la manifestación contra las negociaciones que tenía Pedro Sánchez con la Generalitat y los partidos independentistas, donde se pidió a Sánchez, que había llegado a Moncloa con la moción de censura, que convocara elecciones. La manifestación pasó a la historia como la de la “foto de Colón”, con Abascal, Ortega Smith, en pie de igualdad junto a Pablo Casado, Javier Maroto, Inés Arrimadas, Begoña Villacís y otros muchos dirigentes del PP y Ciudadanos.

El trifachito que había nacido en Andalucía, que hacía que si las tres derechas se unían podían acabar con los gobiernos de izquierdas, tomaba fuerza. Desde entonces, a ayuntamientos y parlamentos autonómicos Vox apoyó a cambio de algunas concesiones programáticas a gobiernos de coalición del PP y Cs donde no entraba. Todo cambió con las elecciones de Castilla y León del 13 de febrero, a las que Vox se presentó anunciando que no regalaría el gobierno al PP, y que si quería gobernar sólo podría hacerlo dejando entrar a Vox en el ejecutivo. Así fue, y el popular Alfonso Fernández Mañueco fue investido al formar un gobierno de coalición donde el candidato de Vox, Juan García Gallardo, fue nombrado vicepresidente, y Vox ocupó las carteras de Cultura y Turismo, Agricultura e Industria y Empleo. Fernández Mañueco sigue controlando el gobierno al no dar competencias ejecutivas a García Gallardo.

Ahora, en las elecciones andaluzas del 19 de junio, Vox ha presentado, no un desconocido de perfil bajo como García Gallardo, sino un peso pesado del partido, Macarena Olona, ​​que fue portavoz del partido en el Congreso. Y si el PP no logra, como parece, la mayoría absoluta y tiene que pactar con Vox, Olona no se conformará con una vicepresidencia sin competencias. Esto ocurre en un contexto en el que, pese a quedarle a Pedro Sánchez un año y medio de legislatura, su mayoría de investidura y el apoyo de ERC se tambalean cada día después del caso Pegasus, y en el que el PSOE ha necesitado en estas últimas semanas el apoyo del PP de Alberto Núñez Feijóo en varias votaciones.

Feijóo querría dar un rumbo al PP distinto al de Casado, que un día abrazaba a Vox y al día siguiente lo repudiaba. Y por otra parte siempre ha reconocido que en España existen nacionalidades o sentimientos nacionales distintos. En Galicia, tanto con Fraga como con Feijóo, el conocimiento del gallego ha sido un requisito para acceder a muchos trabajos en la administración. Esa supuesta discriminación a la que el PP no puso reparos sacudió primero a Ciudadanos con Albert Rivera y después a Vox. La exigencia de conocer la lengua cooficial para acceder a trabajar en un ayuntamiento o en la administración autonómica, la Xunta de Galicia que presidía Feijóo siempre la había aplicado. Y el rechazo a esa exigencia está en el ADN de Vox.

Según sean los resultados en Andalucía, Sánchez puede tener los meses contados en la Moncloa. Lamentablemente, nada hace pensar que se pueda dar la vuelta a las encuestas y que haya una mayoría de izquierdas, entre otras razones porque a la izquierda del PSOE, el entorno de Podemos y sus escisiones y reagrupamientos, con las candidaturas de Por Andalucía y Adelante Andalucía, en espera de que Yolanda Díaz dé el paso de intentar salvar el espacio a nivel de España, reproducen los errores que convirtió a partir del año 2000 la formación Izquierda Unida en Izquierda Hundida.

Asumiendo que el PP presidirá la Junta, uno no sabe si la opción menos mala sería, como parece que quiere Sánchez, que Moreno Bonilla presida la Junta con Olona de vicepresidenta para decir que el PP de Feijóo gobierna y legitima la ultraderecha, o que el PP se niegue a poner a Vox en la Junta, arriesgándose a la repetición electoral. Hay quien dice que es posible que el PP tenga la mayoría absoluta y pueda gobernar en solitario. Parece poco probable porque Vox, con Olona, ​​va muy fuerte, convencido de que el 19 de junio comienza un nuevo ciclo.

                  


Andalusia, de nou trampolí de Vox?

  Xavier Rius Sant, El Triangle, 8 de juny de 2022. Llegir en català

 

A les eleccions andaluses del 2018, Vox, que fins llavors era extraparlamentari, va irrompre al Parlament amb 12 diputats i va facilitar amb el seu suport la investidura del popular Juan Manuel Moreno Bonilla, un govern de coalició del PP amb Ciutadans, després que aquests acceptessin algunes de les condicions de Vox. Dos mesos després es va convocar a Madrid la manifestació contra les negociacions que tenia Pedro Sánchez amb la Generalitat i els partits independentistes, on es va demanar a Sánchez, que havia arribat a la Moncloa amb la moció de censura, que convoqués eleccions. La manifestació va passar a la història com la de la “foto de Colom”, amb Abascal, Ortega Smith, en peu d’igualtat al costat de Pablo Casado, Javier Maroto, Inés Arrimadas, Begoña Villacís i de molts altres dirigents del PP i Ciutadans.

El trifachito que havia nascut a Andalusia, que feia que si les tres dretes s’unien podien acabar amb els governs d’esquerres, prenia força. Des de llavors, a ajuntaments i a parlaments autonòmics Vox va donar suport a canvi d’algunes concessions programàtiques a governs de coalició del PP i Cs on no entrava. Tot va canviar amb les eleccions de Castella i Lleó del 13 de febrer, a les quals Vox es va presentar anunciant que no regalaria el govern al PP, i que si volia governar només ho podria fer deixant entrar Vox a l’executiu. Així va ser, i el popular Alfonso Fernández Mañueco va ser investit en formar un govern de coalició on el candidat de Vox, Juan García Gallardo, va ser nomenat vicepresident, i Vox va ocupar les carteres de Cultura i Turisme, Agricultura i Indústria i Ocupació. Fernández Mañueco continua controlant el govern en no donar competències executives a García Gallardo.

Ara, a les eleccions andaluses del 19 de juny, Vox ha presentat, no un desconegut de perfil baix com García Gallardo, sinó un pes pesant del partit, Macarena Olona, que ha estat portaveu del partit al Congrés. I si el PP no aconsegueix, com sembla, la majoria absoluta i ha de pactar amb Vox, Olona no es conformarà amb una vicepresidència sense competències. Això passa en un context en què, tot i quedar-li a Pedro Sánchez un any i mig de legislatura, la seva majoria d’investidura i el suport d’ERC trontollen cada dia després del cas Pegasus, i en què el PSOE ha hagut de necessitar aquestes últimes setmanes el suport del PP d’Alberto Núñez Feijóo en diverses votacions.

Feijóo voldria donar un rumb al PP diferent del de Casado, que un dia abraçava Vox i l’endemà el repudiava. I d’altra banda sempre ha reconegut que a Espanya hi ha nacionalitats o sentiments nacionals diferents. A Galícia, tant amb Fraga com amb Feijóo, el coneixement del gallec ha estat un requisit per accedir a moltes feines a l’administració. Aquesta suposada discriminació a la qual el PP no va posar objeccions va sacsejar primer Ciutadans amb Albert Rivera i després Vox. L’exigència de conèixer la llengua cooficial per accedir a treballar en un ajuntament o a l’administració autonòmica, la Xunta de Galícia que presidia Feijóo sempre l’havia aplicat. I el rebuig a aquesta exigència està a l’ADN de Vox.

Segons quins siguin els resultats a Andalusia, Sánchez pot tenir els mesos comptats a la Moncloa. Lamentablement, res fa pensar que es pugui capgirar les enquestes i que hi hagi una majoria d’esquerres, entre altres raons perquè a l’esquerra del PSOE, l’entorn de Podem i les seves escissions i reagrupaments, amb les candidatures de Por Andalucía y Adelante Andalucía, tot esperant que Yolanda Díaz faci el pas d’intentar salvar l’espai a nivell d’Espanya, reprodueixen els errors que va convertir a partir de l’any 2000 la formació Izquierda Unida en Izquierda Hundida.

Assumint que el PP presidirà la Junta, un no sap si l’opció menys dolenta seria, com sembla que vol Sánchez, que Moreno Bonilla presideixi la Junta amb Olona de vicepresidenta per poder dir que el PP de Feijóo governa i legitima la ultradreta, o que el PP es negui a posar Vox a la Junta, arriscant-se a la repetició electoral. Hi ha qui diu que és possible que el PP tingui la majoria absoluta i pugui governar en solitari. Sembla poc probable perquè Vox, amb Olona, va molt fort, convençut que el 19 de juny comença un nou cicle.