Recordem les imatges del 6 de febrer del 2021 a Vic durant la campanya de les eleccions al Parlament, quan les furgonetes on anaven Javier Ortega Smith i Ignacio Garriga van haver d’abandonar el centre de la ciutat entre una pluja d’objectes, mentre un centenar de joves els empaitaven, fins i tot amb un manifestant que, emulant Indiana Jones, es va enfilar dalt d’un dels furgons en marxa.
Els dirigents de Vox, conscients que aquests incidents els beneficien mediàticament i políticament, de vegades no fan cas de les recomanacions dels cossos policials de no passar per tal carrer o tal plaça. Un exemple és l’acte de presentació de la candidatura de Vox a les eleccions madrilenyes de fa un any i mig. El 7 d’abril del 2021 Vox va escollir per començar la campanya l’anomenada “plaça roja” de Vallecas. S’hi van concentrar centenars de militants d’esquerra i grups veïnals contraris. Es van llençar objectes de tota mena contra els dirigents de Vox mentre feien els parlaments, i els antidisturbis de la Policia Nacional van haver de fer càrregues i van provocar diversos ferits. Si Vox hagués fet l’acte a la plaça de Colón de Madrid, com ha fet altres cops, no hauria passat res i l’acte només hauria sortit quinze segons als informatius, però les imatges d’objectes volant cap a la tarima on parlaven Santiago Abascal i Rocío Monasterio, les corredisses i les càrregues policials, van ser una escenografia perfecta perquè obrís aquell vespre tots els telenotícies i l’endemà tornés a ser tema de portada amb les denúncies de Vox cap al ministre Marlaska per no haver garantit el seu dret de fer l’acte d’inici de campanya amb seguretat.
Enyoro la CUP de Vic dels anys 2010 a 2014, que tenia clar que no s’havia de convocar concentracions davant dels actes de Plataforma per Catalunya perquè sabien que Josep Anglada sempre en treia profit si hi havia incidents. A Catalunya, tant durant els debats de la campanya electoral del febrer de l’any passat, com després ja en els debats al Parlament, la majoria de partits van acordar no rebatre Vox per evitar que tingués dret a rèplica, minimitzant així la difusió del seu discurs. El no rebatre Vox, que també té clar la CUP al Parlament, no es trasllada al carrer, i la mateixa CUP i certs sectors de l’antifeixisme i l’independentisme creuen que com que “els carrers són nostres” cal confrontar-se amb presència física davant de les carpes que munten per fer-los fora, de manera que es produeixen incidents que només aconsegueixen donar-li més presència mediàtica. Dir això no és “passar-se a l’altra banda de la barricada i defensar els ultres”. És dir les coses pel seu nom.
Vox vol apostar fort a les municipals a Barcelona i altres ciutats de Catalunya aprofitant l’enfonsament de Ciutadans. Encara no s’ha decidit qui serà el candidat per Barcelona, ja que qui havia d’encapçalar la llista, el diputat Joan Garriga Domenech, no ho podrà fer en haver de dedicar més temps al Parlament per suplir l’absència del seu cosí, Ignacio Garriga, que molts dies serà a Madrid en haver estat nomenat secretari general del partit. Vox ara dubta com a alcaldable a Barcelona entre el president local, Gonzalo de Oro Pulido, o la diputada María Elisa García Fuster. Esperem que certs sectors de l’antifeixisme no els regalin més temps als telenotícies.
Confrontarse a la ultraderecha, ¿pero cómo?
El Triangle, 2 de noviembre de 2022
Las municipales se acercan y Vox incrementa su presencia en Catalunya en muchos barrios poniendo mesas y carpas informativas. A diferencia de las municipales pasadas, que se mezclaban con autonómicas y europeas y las mesas y carpas eran más punto de venta de pulseras y llaveros con el logo de Vox, con un único documento divulgativo genérico que era las “100 medidas de Vox”, ahora el partido ultra, además de campañas que hace en todo el estado como la de “barrios seguros”, está preparando propaganda informativa y programas electorales diferenciados para cada municipio. Mesas y carpas que en Catalunya a menudo tienen que ser protegidas por la presencia de los Mossos d’Esquadra, dado que a veces grupos antifascistas o independentistas se manifiestan a su alrededor para obligarles a irse. Y como ha ocurrido a menudo en estos últimos cuatro años, se producen incidentes y los mossos tienen que intervenir. Lo mismo ha ocurrido delante de locales o equipamientos públicos donde Vox hacía algún acto político o electoral.
Recordemos las imágenes del 6 de febrero del 2021 en Vic durante la campaña de las elecciones al Parlament, cuando las furgonetas en las que iban Javier Ortega Smith e Ignacio Garriga tuvieron que abandonar el centro de la ciudad entre una lluvia de objetos, mientras un centenar de jóvenes los perseguían, incluso con un manifestante que, emulando a Indiana Jones, se subió a uno de los furgones en marcha.
Los dirigentes de Vox, conscientes de que estos incidentes les benefician mediática y políticamente, a veces no hacen caso a las recomendaciones de los cuerpos policiales de no pasar por tal calle o tal plaza. Un ejemplo es el acto de presentación de la candidatura de Vox a las elecciones madrileñas de hace año y medio. El 7 de abril de 2021 Vox escogió para comenzar la campaña la llamada “plaza roja” de Vallecas. Se concentraron cientos de militantes de izquierda y grupos vecinales contrarios. Se lanzaron objetos de todo tipo contra los dirigentes de Vox mientras hacían los parlamentos, y los antidisturbios de la Policía Nacional tuvieron que realizar cargas y provocaron varios heridos. Si Vox hubiera hecho el acto en la plaza de Colón de Madrid, como ha hecho otras veces, no habría pasado nada y el acto sólo habría salido quince segundos en los informativos, pero las imágenes de objetos volando hacia la tarima en la que hablaban Santiago Abascal y Rocío Monasterio, las carreras y las cargas policiales, fueron una escenografía perfecta para que abriera esa noche todos los telediarios y al día siguiente volviera a ser tema de portada con las denuncias de Vox hacia el ministro Marlaska por no haber garantizado su derecho a realizar el acto de inicio de campaña con seguridad.
Añoro la CUP de Vic de los años 2010 a 2014, que tenía claro que no debía convocarse concentraciones ante los actos de Plataforma per Catalunya porque sabían que Josep Anglada siempre sacaba provecho si había incidentes. En Catalunya, tanto durante los debates de la campaña electoral de febrero del año pasado, como después ya en los debates en el Parlament, la mayoría de partidos acordaron no rebatir a Vox para evitar que tuviera derecho a réplica, minimizando así la difusión del su discurso. El no rebatir a Vox, que también tiene claro la CUP en el Parlament, no se traslada a la calle, y la propia CUP y ciertos sectores del antifascismo y el independentismo creen que como “las calles son nuestras” hay que confrontarse con presencia física frente a las carpas que montan para echarlos, por lo que se producen incidentes que sólo consiguen darle más presencia mediática. Decir esto no es «pasarse al otro lado de la barricada y defender a los ultras». Es decir las cosas por su nombre.
Vox quiere apostar fuerte en las municipales en Barcelona y otras ciudades de Catalunya aprovechando el hundimiento de Ciudadanos. Aún no se ha decidido quién será el candidato por Barcelona, ya que quien debía encabezar la lista, el diputado Joan Garriga Domenech, no podrá hacerlo al tener que dedicar más tiempo al Parlament para suplir la ausencia de su primo, Ignacio Garriga, que muchos días estará en Madrid al haber sido nombrado secretario general del partido. Vox duda ahora como alcaldable en Barcelona entre el presidente local, Gonzalo de Oro Pulido, o la diputada María Elisa García Fuster. Esperemos que ciertos sectores del antifascismo no les regalen más tiempo en los telediarios.
De los delitos cometidos por inmigrantes y diciendo de qué procedencia son, no dices nada, como por ejemplo con relación a esto:
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