Joan Esculies, La Vanguardia, viernes 11 de abril de 2025
Veremos como acaba el día en Ripoll. Esta tarde, Xavier Rius Sant presenta Aliança Catalana: els nostres ultres en la biblioteca local. Hace unos días, mientras los redactores de Vilaweb entrevistaban al periodista en un bar de esa población coincidieron con la alcaldesa y colaboradores. Alguno increpó a Rius, acusándole de mentiroso y dedicándole una peineta. A la extrema derecha independentista no le ha caído nada bien que les tilde de “secta” ni que Sílvia Orriols se considere una “ungida”.
Ripoll se ha convertido en el epicentro para explicar el fenómeno sociopolítico del votante ultraderechista igual que Detroit lo es para enmarcar el fin del sueño americano y dibujar la desesperanza del votante trumpista. Es lógico y legítimo que los simpatizantes de Orriols se sientan asqueados de ser observados como especies de laboratorio. Y también lo es que aquellos que no lo son lamenten que su población se mente de forma recurrente para hablar de este tema, en vez de hacerlo sobre su espectacular monasterio.
Rius ha tratado de exponer la aparición del fenómeno ultra en el seno del catalanismo
Con crudeza, Rius ha tratado de exponer la aparición del fenómeno ultra en el seno del catalanismo. Se ha topado, según nos cuenta, con la negativa de algunas editoriales a publicar su trabajo. Unas, que pretendían que dibujara a los autores de los atentados de la Rambla como víctimas del racismo y del sistema. Otras, que no querían que se dijera que Aliança y Vox son “hijos bastardos del procés”. Los reparos editoriales evidencian la gran dificultad que tenemos para escrutarnos a nosotros mismos. Una cosa es analizar las banlieues francesas, la campiña inglesa o el cinturón de acero norteamericano, pero otra muy distinta los fenómenos que se dan en nuestros barrios.
En su libro, Rius se centra en recorrer la formación ideológica de Aliança Catalana y de su líder desde el planteamiento inicial anticastellano hasta el antimagrebí a través de discursos e intervenciones en el pleno municipal, así como en buscar referentes en el separatismo extremo de los años treinta, como Daniel Cardona y su concepción de la traición de Francesc Macià al aceptar la Generalitat en vez de mantener la República Catalana en abril de 1931. Un paralelo con Carles Puigdemont y su renuncia a mantener la declaración de independencia.
La novedad editorial de Rius se añade a la que hace unos meses presentó Xavier Torrens. En Salvar Catalunya. La gestació del nacionalpopulisme català se analizan los rasgos de la formación para buscar puntos en común con otros partidos del mundo populista. En sus pasajes más interesantes, el profesor presenta el perfil social de diferentes miembros de Aliança Catalana que ayudan a comprender el aluvión de experiencias personales que acaba desembocando en la organización. Y esta es la cuestión, porque lo fácil y reconfortante es estigmatizar, pero para comprender es esencial ahondar en el mecanismo de actuación diario del nacionalismo, la etnicidad, los agravios reales e imaginados y el terreno de las percepciones. Veremos cómo acaba el día en Ripoll.
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