dijous, 25 de maig del 2023

Vox puede triplicar el número de concejales pese a las trabas e inoperancia de la sede central de Bambú, con Abascal que ha dejado de pelear por Madrid, apostando todo por las autonómicas de Castilla la Mancha y otras comunidades en las que desea ser la clave para la derrota de la izquierda y forzar a Feijóo a dar a Vox las vicepresidencias. Si no lo consigue, la crisis que arrastra desde el fracaso de Andalucía y el descontento de militantes por las malas maneras de la dirección, se acentuará

    



Hasta la crisis que se visibilizó en Vox tras el fracaso en Andalucía de hace once meses, en que Macarena Olona no consiguió que Vox entrara en el gobierno regional como sí había ocurrido meses antes en Castilla y León, Vox tenía una carrera ascendente. El abandono del partido por parte de Olona amplificó el malestar de parte de la militancia y de muchos concejales y diputados autonómicos que se sentían ninguneados por la dirección de Vox. Malestar que, con un Abascal que simulaba estar al margen, focalizaban en el Secretario General, Javier Ortega Smith y la Vicesecretaría de Organización a cargo del compañero de Ortega Smith de la COE 13 -los Boinas Verdes-, Tomás Fernández Ríos, diputado por Huelva -sin relación alguna con dicha provincia-, y del también ex compañero de la COE 13, Ignacio Ansaldo. Eran ellos quienes desde 2019 remitían los mails o hacían la llamada o la visita a los grupos y a los Comités Ejecutivos Provinciales y locales, anunciando que habían sido disueltos y se  nombraba una gestora. Eran ellos quienes advertían a los militantes y dirigentes locales que debían resignarse y obedecer al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y aceptar que personas como Olona, sin vinculación con Granada, hubiera encabezado la candidatura al Congreso en 2019 por dicha provincia, que el otro ex miembro de la COE 13, Julio Utrilla, lo hiciera por Valencia y consiguiera el escaño, o que el abogado Pedro Fernández, mano de derecha de Ortega en los tribunales, pese a no tener vinculación con Zaragoza, encabezara la candidatura y obtuviera el escaño al Congreso por al capital aragonesa. 

La renuncia de Olona amplificó ciertamente la información que algunos ya sabíamos,  de que casi la mitad de los 525 concejales que obtuvo en partido en 2019 o bien habían dimitido o bien, conservando el acta, habían dejado Vox. Algo que también habían hecho algunos diputados autonómicos como los cuatro de la Asamblea de Murcia, que se negaron a aceptar que la asignación económica que otorgaba el parlamento autonómico se ingresara íntegramente en una cuenta de Madrid que controlaba Javier Ortega Smith. Dinero con el que el CEN pagaba a los asesores y asistentes de los parlamentos autonómicos que nombraba, y eran quienes informaban a los diputados qué debían votar o proponer en cada pleno. Funcionamiento que también se daba en los ayuntamientos.

Dado que malestar era notorio y además había la preocupación de no saber cuándo se nombraría a los cabezas de lista para las municipales, y ello ocurría pocos días ante de las Fiesta de Vox "Viva 22" en la que podría visibilizarse el malestar, para calmar los ánimos Ortega Smith fue cesado de Secretario General, quedando como Vicepresidente segundo, y se nombró al diputado autonómico catalán Ignacio Garriga, nuevo secretario general del partido. Cargo que Garriga ha ejercido desde una evidente invisibilidad. También se cesó al Vicesecretario de Organización, Tomás Fernández Ríos, asumiendo el cargo la diputada María Ruiz.         

 

Ortega Smith, en Vic durante la campaña electoral catalana de 2021, junto a Garriga y del centro a la izquierda de la foto, los excompañeros de la COE-13 de Ortega, Tomás Fernández Ríos, Julio Utrilla e Ignacio Ansaldo

Nombrando Vox tarde y por a capítulos semanales los candidatos para las municipales y autonómicas del domingo, Vox comenzó a repartir los folletos "Cuida Tu Ciudad, Cuida lo tuyo" como documento de campaña que eran iguales para los 1.936 municipios en que se presenta. Por cierto un número no inocente (¿Recuerdas aquello que se cantó en el Viva 22 de Vamos a volver al 36?). Ello generó absurdos que en pueblos y ciudades que no tienen metro, se proponía ampliar su red. Finalmente se acordó permitir a  todas la candidaturas redactar un folleto de diez puntos con la problemática y reivindicaciones de su localidad. Pero como dichos programas debían ser aprobados por un departamento de la sede nacional de la calle Bambú, muchas candidaturas no recibieron la autorización para imprimirlos y se han tenido que conformar con los panfletos genéricos de Cuida lo Tuyo, Cuida tu Ciudad y La Patria comienza en los barrios, que hablan de combatir la delincuencia, inmigración ilegal y okupaciones. Y lo único que han recibido los electores en su buzón es la papeleta con esta carta genérica que sólo se diferencia por el nombre del municipio que hay que cuidar: 


 Otros han tenido más suerte y han obtenido la autorización de la dirección para editar estos folletos con diez reivindicaciones y el nombre y foto del candidato.



                                                                 


Dado que domingo se presenta en 1936 municipios, frente a los 752 de 2019, creo que multiplicará por tres el número de concejales obtenidos, es decir alrededor de unos mil quinientos. Ello le permitirá afirmar la noche electoral que es el partido que más habrá crecido. Pero dónde Vox se juega su futuro es en las autonómicas, dado que desea que en alguna autonomía que se derrote ahora a la izquierda, el PP consiga la investidura de su candidato gracias al apoyo de Vox que debería recibir a cambio la vicepresidencia, como com ocurrió en Castilla y León. 

Por ello Santiago Abascal ha realizado los principales actos en comunidades como la valenciana, Castilla la Mancha,  además la ciudad de Ceuta. Ciudad autónoma que está gobernada por el PP gracias al apoyo indirecto del PSOE y en la que se declaró persona non grata a Abascal por sus declaraciones tras la crisi con Marruecos de hace dos años y por considerar Abascal quinta columnistas de Marruecos a esa mitad de su población de cultura o religión musulmana. 

Así Abascal apenas ha pisado Madrid para apoyar a Ortega Smith y Roció Monasterio, al dar por segura la victoria aplastante de Díaz Ayuso. Ha pisado poco Andalucía donde no se celebran elecciones autonómicas, acudiendo sí a Sevilla, confiando que tal vez PP y Vox puedan desbancar al PSOE en el ayuntamiento. Y hará mañana el acto central de fin de campaña en Toledo, confiando entrar con suficientes diputados en el parlamento autonómico y tener la llave para que el PP se haga con el gobierno de la comunidad ahora en manos del PSOE y, a cambio, obtener Vox la vicepresidencia. Abascal quiere que si consigue ahora una o dos vicepresidencias gobernando con el PP, nada podrá evitar que en diciembre, si las izquierdas no revalidad su mayoría, Feijóo (¿o Ayuso?) se hará con la Moncloa, con él de vicepresidente.

                                         


Abascal ha abandonado a su suerte a Rocío Monasterio y Ortega Smith

El problema será si el domingo no consigue junto al PP desbancar a los socialistas y sus socios de ninguna comunidad o que el PP no necesite a Vox para hacerlo, y que por el abandono de la campaña en Madrid,  Ortega Smith y Rocío Monasterio obtengan menos concejales y diputados de los que tienen ahora. Ello además tendría consecuencias en el organigrama de Vox dado que tras apartar a Ortega Smith de la Secretaria General y a su excompañeros de la COE 13 de la Vicesecretaría de Organización la sede de Bambú no funciona mejor, ni los grupos se sienten mejor tratados. Como he dicho muchos no obtuvieron el permiso ni la transferencia económica para editar sus propios folletos electorales y viven el ridículo proponer ampliar el metro en municipios que no tiene. Continua siendo una loteria conseguir que desde Bambú, donde se ubican las cuentas corrientes de todos los Comités Ejecutivos Provinciales, se autorice a una ejecutiva provincial comprar una impresora, unos armarios nuevos de IKEA o una cámara de vídeo. Así funciona Vox, un partido que no reconoce las autonomías y propone un modelo centralizado de gestión que es incapaz de autorizar a tiempo a los distintos grupos locales y provinciales el folleto electoral o la compra de un escritorio.     

Y si Ortega Smith no mantiene al menos los concejales que ahora tiene en Madrid, puede acabar cayendo también él en desgracia junto a sus ex compañeros de la COE 13, Ansaldo, Utrilla y Fernández Ríos que fueron, por cierto, quienes legalizaron Vox en 2013. Como he dicho Ignacio Garriga parece un secretario general que pinta poco, y pronto comenzarán los nervios por la confección de las listas electorales del Congreso de los Diputados para diciembre.     

    




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