dissabte, 15 de febrer del 2014

CEUTA Y LOS MUERTOS EN AGUA SALADA, una reflexión sobre los fallecidos en Ceuta y la serie El Príncipe







 Dicen en la serie "El Príncipe, que se emite en Tele 5, que en Ceuta “muchas cosas acaban en agua salada;  a veces en lágrimas, otras en el fondo del mar”. “Esto es otro mundo y las cosas funcionan de otra manera” repite diversas veces Fran, el policía no sabemos si quemado o corrupto, que encarna José Coronado, que intenta controlar lo que ocurre en dicho barrio ubicado junto al paso fronterizo y la playa del Tarajal. Un barrio en el que se cruza la miseria, el contrabando, tráfico y consumo de drogas, el gijadismo y la inmigración.
Sin estar previsto, el estreno de esta serie, record de audiencia los martes, ha venido acompañada de la tragedia ocurrida el pasado día 6, con 15 cuerpos ahogados en agua salada, no el fondo del mar, sino haciendo pié en la playa del Tarajal, mientras desde la arena la Guardia Civil lanzaba pelotas de goma y cartuchos de fogueo. Unos hechos sobre los que se ha variado una y otra vez la versión, dando una versión también distinta el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y que, si se confirman las denuncias sobre la actuación de la Benemérita, puede tener consecuencias penales y políticas de gran alcance.

Y es que lo grave no es que allí, como se dice en la serie, las cosas se hacen de otra manera y, en ocasiones, a quienes se detiene tras saltar la valla, se les expulsa de manera irregular, abriéndola y empujándolos hacia Marruecos, cosa que vulnera los procedimientos de la ley de extranjería y de la ley de asilo, que da derecho a solicitarlo a quien llega irregularmente a España, pese a que tras la solicitud, la mayoría de veces no se admitidas a trámite.


Lo grave es que, como confirmó el ministro, se utilizó material antidisturbios para echar mar adentro a quienes hacían pie en aguas españolas, resultando ahogadas 15 personas. Lo grave es que un grupo de agentes, cumpliendo órdenes de sus superiores, cometió un delito de omisión de socorro hacia quienes se estaban ahogando en una playa española, y que, algunas de estas muertes por ahogamiento, parece evidente que por fueron motivadas por el lanzamiento de material antidisturbios a personas que chapoteaban en aguas españolas a pocos metros de la playa. Y estos hechos ocurren unas semanas que España ha cerrado diversas veces los pasos fronterizos en Ceuta, la última este viernes, para evitar que accedan a los mismos diversos grupos de refugiados sirios y soliciten asilo o refugio como ciudadanos huidos de un conflicto bélico que, como ha reconocido hoy mismo el mediador Lajdar Brahimi, no parece tener solución. Es muy fácil llenarse la boca pidiendo desde Madrid o Bruselas a Turquía, Jordania y Líbano que acojan un millón más de refugiados sirios, mientras aquí se cierra el paso fronterizo de Ceuta para impedir que accedan a España  un centenar de ciudadanos sirios que desean solicitar asilo al ser víctimas del conflicto. Derecho al que la restrictiva ley de asilo española les ampara. 

Evidentemente denunciar este caso y exigir responsabilidades no niega que se deba reconocer el empeño con el que Salvamento Marítimo y la Guardia Civil recoge y traslada a tierra firme a miles de inmigrantes que se acercan en pateras a las costas españolas.  Pero el gobierno del PP parece que está adoptando en este y otros temas una política cercana a la extrema derecha europea y tal vez por eso, la extrema derecha populista antiinmigración no va tener en España ninguna candidatura con posibilidades de escaño en Estrasburgo. Nos escandalizamos que el líder neonazi griego Nicholas Michaloliakos proponga electrificar la frontera con Turquía y disparar a las piernas a quien intente pasarla, y aquí se colocan cuchillas en lo alto de los alambres de las vallas de Ceuta y Melilla, rechazadas por la Unión Europea por las heridas que provocan, y se dispara material antidisturbios a quienes se ahogan en aguas españolas.

Hubiera preferido hacer este artículo sobre Ceuta hablando del patrón que marcará la actuación de la actriz española Hiba Abouk en la serie El Príncipe, entre el cuarto de millón de niñas y jóvenes musulmanas que hay en España, muchas, ya, con nacionalidad española. O si la serie de Tele 5 es o no fidedigna a la miseria y a la vez belleza que hay en el barrio del Príncipe Alfonso; de los ceutíes que abrazan las ideas gijadistas y parten hacia Siria, o de si dicha serie ayudará a medio plazo a romper el estigma del barrio. Barrio que tuve el placer de conocer hace diez años acompañado de Ahmed Abderramán, alias Hamido, el ceutí español de Guantámo, de ideas salafistas radicales, que me mostró sus calles con olor a té con menta y a heroína, una semana después de ser puesto en libertad por Baltasar Garzón tras su retorno de Guantánamo. Pero más allá de las intrigas que nos aporta la serie de ficción y de si es fiel a la realidad, la trágica actualidad obliga a denunciar unas muertes y a plantear responsabilidades por las últimas quince personas ahogadas, como se dice en la serie, en agua salada.                                                    Xavier Rius, periodista.  
 Los progonistas del Príncipe, con las aguas del Tarajal de fondo.
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Hace ilusión que Hiba Abouk la protagionista de El Príncipe, tuitee el artículo "Ceuta y los muertos en agua salada", pero hubiera deseado no tener que escribir dicho artículo Ir al twitter de Hiba Abouk



2 comentaris:

  1. Las fronteras tienen que ser defendidas, y si no estás de acuerdo, vas y llenas tu casa de inmigrantes y dales todo lo que te pidan. Deja tus empleos y dáselos a ellos, y comida, ropa, etc., y después hablaremos, no antes.

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  2. No te inventes palabras. ¿Qué es esto que has escrito, "gijadismo"? La pones en la barra Google y no obtienes ningún resultado. Tampoco figura en el DRAE. ¿Qué quieres decir con esta palabra que te acabas de inventar?

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