dilluns, 8 de gener del 2024

Abascal, forzando los estatutos de Vox, disuelve el Comité Ejecutivo (sin hacerlo público) y convoca una Asamblea General Extraordinaria para el 27 de enero a fin de ser reelegido como presidente de la formación, antes del fiasco de las elecciones gallegas e impidiendo de hecho que se puedan presentar otros candidatos. Con la asamblea, a la que posiblemente asistan mandatarios ultras europeos, conseguirá incrementar su cuota de Telediario en la precampaña gallega

  



Cuando Vox todavía no ha hecho público su candidato para las elecciones autonómicas gallegas del 18 de febrero, en la que todas las encuestas afirman que Vox no conseguirá ningún escaño, y tras unos meses de informaciones críticas con Abascal, como que Vox ha transferido 11 millones de euros conseguidos mayoritariamente con subvenciones públicas a la Fundación Disenso y a la empresa Tizona Comunicación, vinculada a lo que fue Intereconomía, el abandono de la formación de dirigentes importantes como Iván Espinosa de los Monteros, y el fuerte retroceso en las pasadas elecciones generales del 23 de julio, Santiago Abascal ha sorprendido esta tarde anunciando que adelanta al 27 de enero la Asamblea anual del partido. Una asamblea prevista para marzo y en la que se elegirá al nuevo Comité Ejecutivo Nacional y al presidente de Vox. Una convocatoria de Asamblea Extraordinaria que Abascal ha comunicado minutos después por mail a todos los afiliados animándoles a participar en dicha elección de cargos, si bien en la práctica el 27 de enero resultará imposible a cualquier intento de candidatura opositora recoger en los pocos días que el partido decida, el aval del 10% de los sesenta mil militantes que tiene el partido.  Así, el artículo 24-C de los Estatutos del partido afirma que la candidatura que desee presentarse deberá obtener el 10 % de los avales de la militancia, pero si ninguna candidatura los logra, bastará con el 5%. y si ninguna logra superar este umbral bastará con el 3%. Como los militantes no tienen acceso al registro de militantes y sus coreos electrónicos, como ya ocurrió hace cuatro años, solo los conseguirá la candidatura encabezada por Santiago Abasc al.  Más allá de la incomodidad que puedan sentir actualmente algunos de sus fundadores y dirigentes históricos como Javier Ortega Smith o Rocío Monasterio, discrepo de las informaciones que apuntan que Ortega se planteará competir por el liderazgo desbancando a Abascal. Otra cosa será si Abascal cuenta con ellos en la nueva dirección o los deja fuera.

Pero más allá que no puedan presentarse otras candidaturas distintas a la que encabezará Abascal, ocurrirá como hace cuatro años en marzo de 2024, que los militantes no pudieron votar a favor, en contra o abstenerse ante la candidatura de Abascal, ya que los estautos establecen que sí sólo hay una candidatura que consigue los avales, ésta es proclamada directamente sin ser votada por la militancia. A diferencia de Alberto Nuñez Feijóo que en marzo de 2022 como candidato único para presidir el PP obtuvo el voto favorable del 98'35 % de los compomisarios en el congreso extraordinario del partido, a Abascal en 2020 nadie le votó. Este avance de la asamblea ha sido criticado en las redes por la ex dirigente del partido Macarena Olona, ya que según los estutos de Vox es la Asamblea Ordinaria cuatrianual la que debe elegir al preidente y al Comité Ejecutivo (CEN). Y es que según los estatutos sólo podría celebrase esta Asamblea Extraordinaria si ha dimitido o ha sido cesado el CEN, que puede ser disuelto por el Presidente. O sea que técnicamente la Asamblea Extraordinaria sólo se ajustaría a los Estatutos,  si el CEN se ha autodisuelto o ha sido disuelto por Abascal como establece su árticulo 15-B, cuestión a la que Abascal no se ha referido.

Dejando de lado los tecnicismos sobre la legalidad de esta decisión y la limpieza del mecanismo de elección del nuevo presidente de Vox que será sin duda de nuevo Abascal, la medida es políticamente oportuna por dos motivos. Abascal evita celebrar la Asamblea Ordinaria en marzo tras el posible batacazo de las elecciones gallegas que romperán la racha que Vox entraba en todos los parlamentos autonómicos que se presentaba. Y en segundo lugar, el 27 de enero será el sábado anterior al inicio de la campaña electoral, periodo previo en que las televisiones públicas no se rigen por las cuotas de minutaje que perjudicarán a Vox al ser extraparlamentario en Galicia.  Pero en cambio todos los medios informarán ese sábado y domingo, no de la campaña electoral de Vox, sino de la elección de su líder. Y si además en el acto final de la asamblea Vox consigue traer a Madrid a algún líder o primer ministro o presidente afín, sea Viktor Orban, Giorgia Meloni o Javier Milei conseguirá muchos minutos en todos los informativos, lo cual será beneficioso para la campaña gallega.  Recordemos que Vox coincidiendo con periodos electorales ha realizado actos con mandatarios y dirigentes ultras europeos como así hizo el 29 de enero de 2022 coincidiendo con el inicio de la campaña electoral de las elecciones en Castilla y León,  que organizó una cumbre ultra en Madrid a la que asistieron los primeos ministros Polonia y Hungría, Mateusz Morawiecki y Viktor Orbán, así como Marine Le Pen.

       

 

¿Traerá Vox al acto de cierre de la Asamblea a Meloni, Milei u Orban para ganar espacio en la precampaña?

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