El partido político ultra, Movimiento Social Republicano (MSR), que estaba de hecho inactivo o "congelado" desde la ruptura que vivió en julio de 2014, cuando la mayoría de dirigentes históricos, encabezados por Juan Antonio Llopart lo abandonaron e intentaron sin éxito crear formación llamada "Soberanía y Libertad," podría haberse disuelto, según el comunicado hecho público esta pasada noche a través del Facebook y Twitter del mismo. No obstante, desde otra cuenta de twitter, gestionada, creo, por Felipe Tamarit desde Valencia que se reivindica como la auténtica de MSR, se niega su disolución.
La crisis del MSR, que coincidió con la creación del Hogar Social Madrid y un fallido Hogar Social Zaragoza, impulsado por la mediática ex militante del MSR, Melisa Domínguez Ruiz, se intentó clarificar con la celebración de su VII Congreso, en el que parecía que sería nombrado Secretario General o Presidente, Jordi de la Fuente. Pero no se consiguió elegir a nadie para dichos cargos, nombrando transitoriamente tres Secretarios Nacionales: Fancisco Javier Bueno Pons, Francisco Calderón Alvarez y Jordi Alberto de la Fuente.


El MSR fue creado los años 1999 y 2000 y se definía como nacional revolucionario, renegaba del franquismo, pero defendía el programa económico "social" de la ideología fascista o nacionalsocialista. Algunos de sus dirigentes como el número uno, Juan Antonio Llopart, decían ser de izquierdas, mientras que el que fue de hecho, número dos, Jordi de la Fuente, se llegó a definir como "nacional-bolchevique". Ambos manifestaban que frente a la concepción tradicional de clasificación de partidos en un semicírculo, que abarcaba de la extrema izquierda a la extrema derecha, proponían la "teoría de la herradura", según la cual extrema izquierda y extrema derecha casi se tocaban en lo económico y lo social. Algunas de sus propuestas económicas y críticas al liberalismo y a las políticas de Bruselas y la banca, podían parecerse a les que posteriormente hizo Podemos. Pero mientras Podemos defendía el derecho de autodeterminación de Catalunya o Euskadi y proponía un estado plurinacional, el MSR defendía una España centralista organizada en forma de república, con un presidente elegido por sufragio universal con máximos poderes.
La crítica constante del MSR a la "usura" de la banca y al loby judío sionista, era una de las características que ubicaba a este partido cerca del nacional-socialismo alemán.
Juan Antonio Llopart y Jordi de la Fuente. De la Fuente ahora es Secretario de Organización de PxC
Melisa Domínguez Ruiz en un acto del MSR. Ahora lidera el Hogar Social Madrid que propone que la ayudas sociales sean preferentemente para gente de sangre española, cosa que genera comentarios curiosos entre sus excompañeros.
COMUNICADO OFICIAL DEL MOVIMIENTO SOCIAL REPUBLICANO (M.S.R.)
Celebrado nuestro VIII Congreso extraordinario en Madrid el pasado 11
de Noviembre, donde fue aprobado por unanimidad de todos los presentes,
con todo pesar, proceder a la disolución del Movimiento Social
Republicano, dando por finalizado un proyecto que se inició a finales de
1.999.
Lamentamos no haber dado a nuestros simpatizantes y
amigos una merecida explicación de todo lo ocurrido en estos últimos
años ante la evidente inactividad de nuestro movimiento desde mediados
de 2014, actividad sólo mantenida por unas pocas delegaciones que
titánicamente intentaron dar continuidad a la organización.
Y es
que habiendo sido el MSR el mejor y el más firme referente de las
organizaciones Nacional-Revolucionarias españolas, así como una escuela
de formación para distintas generaciones, no supimos encauzar todo el
esfuerzo y trabajo realizado desde nuestra fundación.
Desde
nuestras concentraciones iniciales contra la globalización capitalista,
pasando por nuestro compromiso con la causa Palestina, nuestra oposición
a la guerra de Iraq; hasta nuestra presencia en las primeras marchas
por la educación y la sanidad dignas o con los trabajadores de Iberia;
nuestro firme compromiso en defender los derechos sociales de la mujer;
nuestro europeismo militante; nuestro efectivo trabajo por dotarnos de
un frente cultural activo, ambicioso y sólido, que se ha convertido en
referente para muchos; siendo pioneros en diversas campañas, como la que
iniciamos contra la cadena VIPS, contra el fracking, el consumismo y
por una banca pública, a favor de la introducción del oso pardo, contra
las guerras por intereses económicos, así como, toda una serie de
actividades y campañas solidarias que nos aportaron todo un material
humano de nuevos militantes plenamente ilusionados, atraídos por
nuestras propuestas y actos, de distintas procedencias ideológicas y con
muchas ganas de cambiar todo aquello que les parecía injusto, aunando
la idea social con el sentir nacional del pueblo.
La prensa no
perdió ocasión para difamarnos, para tergiversar nuestras palabras,
nuestros hechos. Los medios de comunicación nos persiguieron y
calumniaron tanto como lo hicieron aquellos que siempre en nombre de una
supuesta libertad quieren coartar derechos al pueblo libre que lucha
por su dignidad.
Fuimos amenazados e insultados por derechas e
izquierdas; militantes y colaboradores nuestros fueron agredidos,
despedidos de sus trabajos, señalados en la universidad y atacadas sus
familias. Nos mezclaron con lo que no éramos, con quienes nada teníamos
que ver.
No nos quitamos la culpa de no haber sabido explicarnos
correctamente en ocasiones ni de actuar de buena fe ante gentes que no
la merecían. Sabemos que la política, el asqueroso fango de la política,
no disculpa errores, ni distingue entre políticos que viven de la
política y ciudadanos que se articulan altruistamente para intentar
mejorar las cosas.
Crecer demasiado deprisa fue algo
desgraciadamente nefasto, algo que no supimos asimilar ni gestionar,
cometiendo el error fatal de ceder a la cantidad frente a la calidad.
Pronto aparecieron los trepas y los marrulleros, más preocupados en
alimentar sus egos y sus “poses”, que en fortalecer el trabajo
silencioso en equipo en pos de unos objetivos comunes, huyendo de toda
disciplina de partido e intoxicando nuestro proyecto y mensaje. Vimos
cómo se alimentaban deslealtades e intrigas externas y cainitas,
provocando conflictos y una convivencia imposible; lo que motivó la
dimisión en bloque de importantes cargos y fundadores de nuestro
movimiento, provocando un vacío de poder que motivó la desaparición
paulatina de una delegación territorial tras otra.
Todo ello,
dio lugar a que la última etapa del MSR, éste estuviera sostenido por
miembros de su base militante, sin liderazgo alguno, pero unidos por una
fe inquebrantable a unos ideales; etapa en la que se continuaron
realizando actividades bajo la amenaza constante de colectivos
'prosistema', como fue la participación en diversas concentraciones de
apoyo a Siria en Madrid, contra el terrorismo en Barcelona o por la
defensa del lobo en Aragón, entre otras; pero era evidente que el
proyecto se encontraba agotado, no por su programa y discurso, sino
porque organizativa y políticamente se había debilitado demasiado, su
llama, poco a poco, dejaba de transmitir ya la misma ilusión y las
mismas ganas con las que nació.
En una área política, donde
existe una desidia y un pesimismo generalizado, volcada a toda costa en
vías electorales infames, donde prima el voto a la ética y a la
ideología; donde no existe estrategia ni voluntad para un trabajo
constante y a largo plazo, consistente, enraizado; donde se persiguen
éxitos a costa de abandonar principios y valores; una opción
revolucionaria, transformadora, como la que pretendía el MSR, donde se
buscaban cambios radicales, no sólo en el “estar”, si no en el “ser” de
nuestro pueblo, estaba condenada, no ya a no ser poco comprendida, sino a
ser combatida por esa misma área.
Vivimos actualmente un punto
de inflexión muy similar al de la transición, que exige de distintos
análisis críticos, de una importante autocrítica. Son necesarias nuevas
estrategias, entender el presente, así como, los cambios que penetran en
nuestra sociedad provocados por la revolución robótica, la Cuarta
Revolución Industrial. Prima el individualismo frente a lo comunitario,
desaparece el arraigo para asumir una patria universal sin identidad
dominada por las élites económicas. Nuestro deber era, y es, dar
respuesta a ello; fuimos vanguardia y hemos de seguir siéndolo.
Sabemos que existen unas relaciones demasiado viciadas por intrigas y
traiciones durante años en nuestra área, por ello, estamos convencidos
de la necesidad de nuevos proyectos que tiendan nuevos puentes para
llegar a tejer una masa social crítica y disidente, a la que actualmente
ninguna fuerza política ha sabido aglutinar y movilizar, aunque ello,
nos lleve a trabajar fuera de una área en la que nunca nos sentimos
cómodos y en la cual hicimos, por convencimiento ideológico, gala de
nuestra transversalidad. Nuestro deseo sería seguir trabajando para
hacer posibles los sueños que nos movilizaron al inicio del presente
siglo; pero hemos de cerrar una etapa, no sin dolor y tristeza, el MSR
se merece un final digno, tan digno como el motivo que le vio nacer; no
queremos verlo deambular por las redes sociales, posiblemente, a merced
de los caprichos, fobias y filias de algunos que sin entender el porqué
de su existencia y su fundamento ideológico lo puedan usar en un futuro
de forma oportunista y equivocada.
Concluye una etapa del
Movimiento NR en España, pero estamos convencidos de que habrá quien
recoja el testigo, que vendrán jóvenes que se revelarán contra lo caduco
y lo podrido, que plantaran cara a un sistema injusto y sin escrúpulos,
que aprenderán de nuestros errores, que romperán con la nostalgia y
apostaran por la transversalidad y la transgresión, frente a viejos
posicionamientos obtusos que han llevado a la inmovilidad de las ideas.
Sólo nos queda agradecer con sinceridad a todos aquellos que confiaron
en ese barco llamado Movimiento Social Republicano; aquellos que
colaboraron desinteresadamente, que creyeron en el proyecto y dedicaron
su tiempo y sus esfuerzos en él; aquellos que militaron de forma
comprometida, que creyeron con fe en el movimiento, en sus propuestas e
ideas, en sus anhelos y que dieron sentido a las palabras “camarada”,
“compañero”, “hermano”; a todos ellos, con la esperanza de que el
desánimo no les haya vencido, esperamos encontrarlos nuevamente, codo
con codo, batallando a nuestro lado por lo que todo movimiento NR debe
de luchar: la Patria y el Socialismo.
Comunidad militante del Movimiento Social Republicano.